Melancolía
...
Tras la ventanilla del tren
que me desplaza
diviso un cartel en la distancia:
“La
próxima estación obligada OTOÑO
disfruten
de su estancia”.
Un viento
me avisa de su llegada
y una alfombra dorada
me aguarda para ser pisada.
Los pajarillos
me susurran una nana
mientras preparan sus mullidas camas.
La naturaleza
se me ofrece bajo una neblina blanca
y una atmósfera de melancolía
trasnochada
se cuela por el filo de mi ventana.
Acoplada en la butaca
me abandono al traqueteo de la
máquina.
El tren
aminora su marcha
y mi corazón se contagia.
Un freno
chirría a mi espalda
anunciando el final de la parada.
Ya en el andén
me apeo
con mi maleta recién estrenada
y un adiós en la mirada
El bullicio de la gente
me endulza la madrugada,
rostros amigos me invitan
a unirme en su caminata.
Atrás queda el tren
silencioso y solitario
fiel al instante de seguir su
itinerario.
Y a él volveré
cuando suene su silbato,
¡ya tengo mi billete reservado de
antemano!.
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